El déficit comercial de Estados Unidos ha disminuido hasta su punto más bajo desde 2020, marcando un cambio significativo en el balance comercial del país. Esta reducción refleja cambios tanto en las actividades de importación como de exportación, posiblemente influenciados por las recientes políticas económicas y las condiciones del mercado global. El estrechamiento de la brecha comercial podría tener implicaciones para la economía estadounidense, afectando desde el crecimiento del PIB hasta la valoración de la moneda.