Scott Bessent sostiene que el auge de las criptomonedas, en particular las stablecoins, aumenta en lugar de disminuir la influencia global del dólar estadounidense. Destaca que las stablecoins, que están vinculadas al dólar, amplían su alcance al proporcionar acceso móvil en todo el mundo. Bessent señala que las reservas de stablecoins deben mantener bonos del Tesoro de EE. UU., vinculando así el crecimiento de los activos digitales con la demanda de deuda gubernamental. Bessent argumenta que los activos digitales integran el dólar en los sistemas de pago globales, sugiriendo que un compromiso proactivo de EE. UU. con las monedas digitales es más efectivo que las regulaciones restrictivas. Este enfoque, cree, incrustará aún más el dólar en las transacciones financieras internacionales.