Las empresas japonesas de Tesorería de Activos Digitales (DAT) están superando consistentemente a Bitcoin, impulsadas por un tratamiento fiscal favorable de las ganancias de capital en comparación con las ganancias de criptomonedas. En Japón, las ganancias por criptomonedas enfrentan impuestos de hasta el 55%, mientras que las ganancias de capital se gravan aproximadamente al 20%, con el beneficio adicional de poder compensar pérdidas. Esta disparidad fiscal incentiva a los inversores a comprar acciones en empresas que poseen BTC, eludiendo efectivamente las tasas impositivas más altas sobre criptomonedas. En contraste, las DAT estadounidenses tienden a cotizar más cerca de sus tenencias de Bitcoin debido a un entorno fiscal más neutral. Sin embargo, el éxito del modelo DAT en Japón ha generado preocupaciones entre los reguladores sobre posibles riesgos, lo que ha llevado a la autoridad fiscal japonesa a considerar cambios que podrían reducir las ventajas fiscales actuales.