El defensor de la privacidad y presidente de NOYB, Max Schrems, ha criticado a las grandes empresas tecnológicas por tratar las multas regulatorias como un simple costo de hacer negocios. En una discusión sobre #PrivacyInMotion, Schrems destacó cómo estas compañías explotan vacíos legales y retrasos judiciales para eludir una aplicación efectiva. Argumenta que los reguladores designados políticamente a menudo no logran responsabilizar a las corporaciones, permitiéndoles priorizar las ganancias sobre la privacidad.