El XRP de Ripple está siendo destacado como un posible activo puente neutral para aliviar las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, aprovechando su red de Liquidez Bajo Demanda (ODL). Este sistema facilita liquidaciones transfronterizas instantáneas, reduciendo significativamente los costos de transacción hasta en un 90% y acortando los tiempos de liquidación a solo 3–5 segundos. La tecnología de XRP permite transferencias fluidas entre monedas fiduciarias, evitando intermediarios tradicionales. Los economistas enfatizan que el papel de XRP es puramente tecnológico, con el objetivo de reducir la fricción financiera en el comercio global en lugar de reemplazar al dólar estadounidense o al yuan chino. Esto posiciona a XRP como una herramienta para mejorar la eficiencia en las transacciones internacionales sin implicaciones geopolíticas.