La tasa de desempleo en Estados Unidos ha aumentado a un 4.6%, superando ligeramente el 4.5% anticipado. Este desarrollo indica una desviación menor de las previsiones económicas, sugiriendo posibles desafíos en el mercado laboral. Los datos podrían influir en futuras decisiones de política monetaria, ya que la Reserva Federal monitorea de cerca las tendencias de empleo.