Los principales índices bursátiles de EE. UU. abrieron con fuertes caídas el 14 de noviembre, con el S&P 500 descendiendo un 1,05 %, el Nasdaq Composite cayendo un 1,45 % y el Dow Jones Industrial Average bajando un 0,49 %. La caída se atribuye a las preocupaciones continuas sobre la inflación, las expectativas de las tasas de interés, las tensiones geopolíticas y las incertidumbres en las ganancias corporativas. Las acciones tecnológicas fueron particularmente afectadas, liderando la caída del mercado en general. Los analistas sugieren que el estrés del mercado puede indicar una corrección potencial en lugar de una tendencia a largo plazo. Se aconseja a los inversores que mantengan la cautela y supervisen de cerca los próximos datos económicos y las orientaciones corporativas para obtener más información.