El cierre del gobierno de Estados Unidos ha provocado la suspensión de la publicación de datos económicos críticos, incluyendo informes sobre el PIB, empleo e inflación. Esta interrupción obliga a los bancos centrales y ministerios de finanzas a nivel mundial a depender de indicadores privados incompletos, aumentando el riesgo de decisiones políticas desalineadas y volatilidad en los mercados. Funcionarios como el gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, y Catherine Mann del Banco de Inglaterra han expresado su preocupación por el posible impacto en la estabilidad económica global. Dado que Estados Unidos contribuye aproximadamente con 30 billones de dólares al producto económico global, se espera que la ausencia de datos oficiales afecte las previsiones de crecimiento mundial y la confianza del mercado. Los efectos en cadena del cierre subrayan la interconexión de las economías globales y la importancia de contar con datos económicos fiables para una toma de decisiones informada.