El gobierno del Reino Unido ha decidido abandonar su plan de aumentar las tasas del impuesto sobre la renta antes del próximo Presupuesto del 26 de noviembre. Esta medida se produce mientras el Primer Ministro Keir Starmer y la Canciller Rachel Reeves buscan evitar una reacción negativa de los votantes y gestionar las tensiones internas del partido. En su lugar, el Tesoro está considerando medidas fiscales alternativas, como ajustar o congelar los umbrales impositivos, para abordar un déficit de financiación que podría alcanzar los 30 mil millones de libras. La decisión ha impactado los mercados financieros, con la libra esterlina debilitándose mientras los inversores reevalúan la estrategia fiscal del país. Los asesores económicos han sugerido que podrían ser necesarias medidas por hasta 50 mil millones de libras para estabilizar las finanzas públicas.