Las stablecoins, aunque influyentes en el sector financiero, representan riesgos significativos para la estabilidad financiera en los países en desarrollo, según un informe de Standard Chartered. El informe destaca preocupaciones de que las stablecoins podrían provocar salidas sustanciales de depósitos de los bancos de mercados emergentes, debilitando potencialmente a los bancos centrales locales. Se estima que hasta un billón de dólares en depósitos podrían migrar a stablecoins para 2028, amenazando los sistemas de crédito en estas regiones.