Las stablecoins son cada vez más fundamentales en la evolución de los pagos en cadena, como destaca Arkham al referirse a BitJie. Estos activos digitales se están convirtiendo en una parte integral de los flujos de capital globales, sirviendo como un componente crucial en la transición de los sistemas interbancarios tradicionales a soluciones basadas en blockchain. Este cambio subraya el papel de las stablecoins en la redefinición del movimiento global de dinero, ofreciendo una alternativa estable y eficiente para las transacciones transfronterizas.