Un empleado surcoreano de una casa de cambio de criptomonedas (CEX) ha sido condenado a cuatro años de prisión por participar en actividades de soborno y espionaje en nombre de Corea del Norte. El individuo fue declarado culpable de violar la Ley de Seguridad Nacional y las medidas contra la financiación del terrorismo (CFT). El empleado recibió 487,000 dólares en Bitcoin de hackers norcoreanos para reclutar a un oficial militar, quien posteriormente fue condenado a 10 años de prisión. La operación de espionaje involucró el uso de Telegram para la comunicación y dispositivos encubiertos para infiltrarse en sistemas militares sensibles. Este caso subraya la importancia de marcos regulatorios similares a los de los Mercados de Criptoactivos (MiCA) para mitigar los riesgos de seguridad nacional asociados con las transacciones de criptomonedas.