La cadena de bloques de Solana, conocida por su procesamiento de alta velocidad y bajas tarifas de transacción, está bajo escrutinio debido a problemas persistentes de gobernanza y seguridad. A pesar de su capa base operativa, la red ha enfrentado repetidos ataques y caídas, lo que genera dudas sobre su viabilidad a largo plazo. Estos desafíos han despertado preocupaciones entre inversores y desarrolladores sobre la estabilidad y responsabilidad del ecosistema, lo que podría afectar su crecimiento y sostenibilidad futuros.