Shiba Inu (SHIB) sigue siendo un punto focal para los inversores en altcoins a medida que se acerca 2026, a pesar de haber experimentado una caída significativa este año. La criptomoneda alcanzó un mínimo de varios años de $0.0000066, en marcado contraste con los máximos vistos por Bitcoin y Ethereum en 2025. Los partidarios destacan el impacto potencial de la Ley CLARITY, la Encriptación Homomórfica Total (FHE) de Zama en Shibarium y la posibilidad de aprobación de un ETF como desarrollos positivos. Sin embargo, persiste el escepticismo debido al anonimato del equipo de desarrollo, la falta de aplicaciones tangibles en el mundo real y una enorme oferta circulante que supera los 589 billones de tokens. El índice de miedo y codicia refleja un sentimiento mixto entre los inversores, con analistas que aconsejan precaución debido a riesgos estructurales no resueltos asociados con SHIB.