Los activos del mundo real (RWA), como equivalentes de efectivo, materias primas, bienes raíces, fondos, crédito y objetos de colección, se están integrando cada vez más en sistemas financieros programables. Este cambio se facilita gracias a marcos regulatorios más claros y una infraestructura mejorada, que están reduciendo las barreras de entrada y adopción. El movimiento hacia la digitalización de estos activos tradicionales busca aprovechar la tecnología blockchain para lograr una mayor eficiencia y accesibilidad en los mercados financieros.