El mercado de stablecoins en Japón avanza a través de dos marcos regulatorios distintos, atendiendo a diferentes bases de usuarios. JPYC, que opera bajo una licencia de "transferencia de fondos de segunda clase", se dirige a usuarios de DeFi y minoristas con un límite de transacción de 10 millones de yenes. Utiliza blockchains públicas como Ethereum y Solana. Mientras tanto, los principales bancos de Japón, incluidos Mitsubishi UFJ, Sumitomo Mitsui y Mizuho, están desarrollando la plataforma Progmat para transacciones a nivel institucional y empresarial, que no tienen límites de transacción. El marco de Progmat soporta stablecoins programables y orientadas al cumplimiento para la tokenización de valores y pagos B2B. Esta estrategia de doble vía busca equilibrar la innovación con la estabilidad financiera en el panorama de activos digitales de Japón.