La deuda nacional de Japón se ha disparado hasta el 235% del PIB, alcanzando los 1.324 billones de yenes, la cifra más alta entre las naciones desarrolladas. En respuesta, el Banco de Japón está vendiendo sus extensas participaciones en fondos cotizados en bolsa, valoradas en más de 79 billones de yenes, marcando un movimiento sin precedentes por parte de un banco central importante. Esta acción está causando una turbulencia significativa en los mercados financieros globales. El rendimiento de los bonos gubernamentales japoneses a 10 años ha superado el 1,6%, aumentando el costo del servicio de la deuda. Mientras tanto, Estados Unidos enfrenta sus propios desafíos de deuda, con una deuda nacional que supera los 37 billones de dólares, o el 120% del PIB. A medida que la confianza en las monedas fiduciarias disminuye, los inversores recurren cada vez más a alternativas como el bitcoin y el oro. La situación fiscal de Japón destaca los riesgos del endeudamiento excesivo para otras economías desarrolladas.