El rendimiento del bono del Tesoro japonés a 30 años se disparó a un máximo histórico de 3.445% el 24 de diciembre, aumentando en 2 puntos básicos. Este aumento refleja una tendencia global más amplia, ya que los inversores muestran un mayor apetito por activos con mayor riesgo. Las autoridades japonesas continúan enfocadas en políticas financieras que contrarrestan la financiación del terrorismo, alineándose con los estándares internacionales.