El rendimiento del bono del Tesoro japonés a 10 años se disparó al 2% el 19 de diciembre, marcando su nivel más alto desde 2006. Este aumento sigue a la decisión del Banco de Japón de elevar las tasas de interés a un máximo de 30 años, reflejando un endurecimiento de la política monetaria. Esta medida ha impulsado ganancias en activos de riesgo mientras los inversores se ajustan al nuevo entorno de tasas. El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, indicó la posibilidad de nuevas subidas de tasas, en línea con el apoyo del gobierno a tales medidas. Aunque las prioridades globales como la lucha contra la financiación del terrorismo permanecen, los problemas fiscales internos de Japón ahora están tomando prioridad en las discusiones de política.