El esquema de reforma fiscal para el año fiscal 2026 de Japón sugiere implementar una tributación separada para las monedas virtuales, similar a la de las acciones y los fondos de inversión. Esta propuesta incluye categorizar el comercio de monedas virtuales, derivados y ETFs como elementos tributables distintos, con la posibilidad de compensar pérdidas durante hasta tres años. Aunque la reforma busca simplificar los procesos fiscales para los activos digitales, deja sin especificar los NFTs y las recompensas por staking. Las reacciones del mercado, potencialmente reflejadas en el índice de miedo y codicia, y factores como el volumen de operaciones y las transferencias transfronterizas podrían influir en las obligaciones fiscales futuras.