Según el análisis de Eurotrader, los inversores institucionales están reasignando cada vez más su capital desde Bitcoin y Ethereum hacia una gama más amplia de activos digitales. Este cambio estratégico está impulsado por la estancación del mercado, las incertidumbres regulatorias y el atractivo de proyectos alternativos con perfiles de riesgo-recompensa potencialmente mejores. A medida que las instituciones buscan mejorar la resiliencia de sus carteras, están adoptando estrategias diversificadas que incorporan marcos analíticos tradicionales. Esto ha resultado en un mayor interés en las redes de Capa 2, los activos del mundo real tokenizados y las cadenas de bloques centradas en la inteligencia artificial. Mientras tanto, las stablecoins continúan siendo preferidas por su menor volatilidad, ofreciendo un componente estable dentro de estas carteras diversificadas.