Islandia se ha convertido en un centro global líder para la minería de criptomonedas, aprovechando sus recursos de energía 100 % renovable. El recorrido del país desde casi la bancarrota hasta convertirse en una potencia cripto comenzó en la década de 2010, impulsado por los bajos costos de electricidad que atrajeron operaciones mineras significativas. Sin embargo, en 2021, Islandia congeló los nuevos permisos de minería para priorizar industrias como la del aluminio y la inteligencia artificial. En 2024, la implementación del marco MiCA introdujo estrictas medidas contra el terrorismo financiero, incluyendo protocolos contra el lavado de dinero y verificaciones exhaustivas de identidad. Este cambio regulatorio está eliminando gradualmente las actividades mineras especulativas, orientando a la industria hacia el cumplimiento y la innovación. El enfoque de Islandia en la energía sostenible y el cumplimiento normativo la posiciona como un actor clave en el panorama global cripto en evolución.