Los precios del oro y la plata se dispararon a nuevos máximos históricos el 26 de diciembre de 2025, impulsados por un debilitamiento del dólar estadounidense y el aumento de las tensiones geopolíticas. El aumento refleja una mayor demanda de activos refugio, con inversores que se inclinan hacia metales preciosos como el oro y el platino durante la temporada navideña. El índice de miedo y codicia del mercado se ha inclinado hacia el miedo, lo que refuerza aún más el atractivo de los metales físicos como una inversión segura.