Las agencias de aplicación de la ley han desmantelado una red global de abuso infantil mediante el uso de técnicas avanzadas de rastreo de criptomonedas. La operación resultó en numerosas detenciones en Europa, Asia y América del Norte, enfocándose en individuos involucrados en financiar y gestionar actividades ilegales a través de criptomonedas. Los investigadores utilizaron herramientas como Chainalysis y CipherTrace para rastrear los flujos de moneda digital, identificando con éxito a sospechosos que operaban bajo seudónimos y canales encriptados. La operación fue un esfuerzo colaborativo que involucró a Europol, el FBI y la Interpol, combinando métodos de investigación tradicionales y cibernéticos. Las autoridades indicaron que los datos incautados podrían conducir a investigaciones adicionales.