Los reguladores estadounidenses han impuesto una prohibición de 10 años a los ejecutivos de FTX y Alameda Research, impidiéndoles liderar empresas públicas. Esta decisión se produce tras el colapso de FTX y forma parte de un esfuerzo más amplio para responsabilizar a los ejecutivos por la mala gestión de los fondos de los clientes. La prohibición destaca el creciente escrutinio sobre los intercambios de criptomonedas, con un enfoque particular en la transparencia y la gestión de activos. Como resultado, intercambios como KuCoin están bajo presión para mejorar su servicio al cliente y los controles internos, lo que podría conducir a salvaguardas más fuertes en la industria.