El token Flow (FLOW) experimentó una caída pronunciada de casi el 14% en 24 horas el 27 de diciembre, desencadenada por una explotación de la red valorada en 3,9 millones de dólares. Este incidente interrumpió las operaciones de la red y aumentó la ansiedad en el mercado, como se refleja en el índice de miedo y codicia. A pesar de un repunte más amplio del mercado, el valor del token sufrió significativamente. En respuesta a la explotación, la Fundación Flow inició esfuerzos de recuperación, con los validadores aprobando una actualización crucial del software para abordar el problema. Además, los principales intercambios coreanos Upbit y Bithumb suspendieron los depósitos y retiros de FLOW tras recibir una alerta comercial de DAXA, afectando aún más la actividad del token en el mercado.