El cofundador de Espresso ha compartido sus perspectivas sobre su trayectoria de diez años en la industria de las criptomonedas, inicialmente motivado por el potencial de abordar las deficiencias de Wall Street. Identificó problemas clave en las finanzas tradicionales, como la mala gestión monetaria y los sistemas obsoletos, y vio en Bitcoin una herramienta para combatir la inflación y democratizar la inversión. Sin embargo, señala el cambio de la industria hacia un entorno similar a un "casino", marcado por comportamientos especulativos y desafíos regulatorios. A pesar de estos desafíos, el cofundador reconoce avances significativos en áreas como las finanzas descentralizadas y la integración de la cadena de bloques en las finanzas convencionales. Destaca el desarrollo de productos criptográficos amigables para el consumidor como un resultado positivo, sugiriendo que, aunque la industria no ha cumplido completamente su visión original, ha avanzado hacia la democratización financiera.