El Salvador ha redistribuido su reserva nacional de Bitcoin, valorada en aproximadamente 678 millones de dólares, en 14 direcciones separadas como medida de precaución contra posibles amenazas futuras de la computación cuántica. Anteriormente mantenidos en una sola dirección, los 6,274 BTC se han dividido en carteras que contienen hasta 500 BTC cada una. Esta estrategia de "fragmentar y dispersar" tiene como objetivo limitar las pérdidas potenciales si alguna dirección individual es comprometida. Esta acción se realiza a pesar de que los expertos coinciden en que las computadoras cuánticas aún no son capaces de romper la criptografía de Bitcoin. Sin embargo, la Oficina Nacional de Bitcoin de El Salvador (ONBTC) enfatizó la importancia de actuar de manera preventiva, citando el riesgo futuro potencial de que las computadoras cuánticas puedan revertir las claves públicas a sus correspondientes claves privadas. Al dividir los fondos, El Salvador busca proteger sus tenencias de Bitcoin mientras mantiene la transparencia a través de un panel público. Esta decisión estratégica refleja el compromiso de El Salvador de salvaguardar sus activos en Bitcoin y posiciona al país como un actor visionario en el espacio de las criptomonedas. Aunque la amenaza cuántica aún está distante, esta medida subraya la importancia de prácticas robustas de custodia y podría sentar un precedente para otras naciones e instituciones.