Las tesorerías de activos digitales han experimentado un colapso significativo, lo que ha provocado una venta masiva en el mercado y ha revelado debilidades en la infraestructura de las finanzas digitales. La caída en los valores de las tesorerías ha generado una crisis de confianza, lo que ha llevado a las organizaciones a deshacerse de activos para mantener la liquidez, lo que a su vez ha deprimido aún más los precios. Esta recesión ha puesto de manifiesto el problema del apalancamiento excesivo dentro del sector cripto, ya que la caída en los valores de los activos ha desencadenado llamadas de margen y liquidaciones forzadas. Los efectos contagiosos resultantes son extensos, afectando a los inversores minoristas con pérdidas y causando problemas de liquidez para las plataformas, ya que los usuarios se apresuran a retirar fondos.