Los economistas del Deutsche Bank han proyectado que Bitcoin podría incluirse en los balances de los bancos centrales para 2030, a medida que su papel como activo de reserva se expanda. A pesar de las preocupaciones sobre su volatilidad, la legitimidad y liquidez de Bitcoin se ven reforzadas por su escasez y su potencial como cobertura contra la inflación y los riesgos geopolíticos. La adopción de Bitcoin, especialmente en Estados Unidos, podría elevarlo más allá de un activo especulativo, posicionándolo junto a reservas tradicionales como el oro.