La decisión de Michael Saylor en 2020 de invertir en Bitcoin como estrategia de tesorería corporativa ha influido en una ola de movimientos similares por parte de otras empresas. La reciente aprobación de ETFs de Bitcoin en 2024 ha alentado aún más a las compañías a adoptar este enfoque. Sin embargo, la estrategia ha producido resultados mixtos, con empresas experimentando una volatilidad significativa en sus tenencias. Mientras que algunas compañías han visto ganancias sustanciales, otras han enfrentado desafíos debido a las fluctuaciones del precio de Bitcoin. La adopción de Bitcoin en las tesorerías corporativas destaca la creciente aceptación de las criptomonedas en las finanzas tradicionales, pero subraya los riesgos inherentes asociados con los activos digitales.