En 2024, las autoridades chinas procesaron a 3,032 personas por delitos relacionados con el uso de monedas virtuales para lavar dinero y transferir fondos ilícitos, según un informe de Caixin. La naturaleza descentralizada y anónima de las criptomonedas ha facilitado actividades ilegales como el lavado de dinero, el fraude y las transferencias transfronterizas no autorizadas, lo que representa riesgos para la estabilidad económica y financiera. El análisis de 283 sentencias judiciales relacionadas con el lavado de dinero con criptomonedas reveló que los grupos criminales a menudo explotan a jóvenes marginados como herramientas para estos delitos, siendo la mayoría de los infractores con solo educación secundaria. Los casos muestran una concentración geográfica significativa, lo que destaca la naturaleza sistémica de estas actividades.