En 1965, las reservas de oro de Canadá estaban valoradas en 1.150 millones de dólares, una cifra que equivaldría aproximadamente a 149.000 millones de dólares en la actualidad. Sin embargo, desde entonces Canadá ha vendido todas sus reservas de oro, convirtiéndose en la única nación del G7 sin ninguna tenencia de oro. Esta decisión estratégica ha dejado a Canadá sin la seguridad financiera tradicional que proporcionan las reservas de oro, en contraste con otras grandes economías que mantienen importantes existencias de oro.