La tecnología blockchain está siendo examinada por su potencial para servir como un archivo permanente e inalterable para registros históricos. Una vez que los datos se registran en una blockchain, no pueden ser modificados ni eliminados, ofreciendo un nuevo método para preservar información que va desde el arte hasta documentos gubernamentales. Esta capacidad plantea cuestiones éticas sobre la permanencia de los datos, incluyendo el riesgo de conservar desinformación o errores de manera indefinida.