Los sistemas de identidad digital han experimentado una transformación importante, pasando de modelos centralizados a marcos descentralizados basados en blockchain, impulsados por la integración de tecnologías de inteligencia artificial. Inicialmente dominados por soluciones corporativas como Microsoft Passport, el panorama ahora incluye proyectos blockchain como ENS, Polygon ID y Civic, que están avanzando en los marcos de identidad autosoberana (SSI). Grandes empresas tecnológicas como Microsoft, IBM y Google han contribuido a estándares como OpenID y OAuth, mejorando la interoperabilidad y la seguridad. Gobiernos y entidades privadas también están desarrollando programas de identidad electrónica (eID), con iniciativas como la EUDI Wallet de la UE y la Mizuhiki Suite de Japón. Además, los agentes de IA están siendo equipados con identidades digitales, lo que permite transacciones autónomas a través de proyectos como AGNTCY y x402 de Coinbase. A pesar de estos avances, desafíos como la centralización de datos, la pérdida de claves y el fraude de identidad continúan representando riesgos significativos.