Bitcoin experimentó una caída significativa, descendiendo un 28% hasta aproximadamente 82,000 dólares, mientras los mercados globales adoptaban una postura de aversión al riesgo. Esta caída en los activos digitales contribuyó a una reducción del 27% en la capitalización total del mercado de criptomonedas, ahora estimada en alrededor de 2.8 billones de dólares. La venta masiva se vio agravada por salidas de fondos ETF y preocupaciones macroeconómicas más amplias. En respuesta a estas dinámicas del mercado, el dólar estadounidense ganó fuerza frente a las principales monedas, incluyendo GBP, CAD, EUR, JPY y CHF. Además, las materias primas como el petróleo crudo y los futuros agrícolas registraron descensos, reflejando el impacto generalizado del sentimiento de aversión al riesgo en diversas clases de activos.