La dificultad de minería de Bitcoin ha aumentado a 14.8 billones, reflejando un ajuste automático mientras los tiempos de bloque promedian 9.95 minutos. A pesar de la caída en los precios de Bitcoin, las tasas de hash se mantienen elevadas, lo que conduce a mayores costos operativos para los mineros y ejerce presión sobre las operaciones mineras más pequeñas. Este aumento en la dificultad tiene como objetivo mejorar la seguridad de la red al elevar el costo de posibles ataques y reducir la centralización.