Bitcoin, Ethereum y XRP son vistos como componentes complementarios en el ecosistema de criptomonedas, cada uno cumpliendo funciones únicas. Bitcoin es reconocido como una reserva de valor descentralizada, proporcionando un activo seguro y estable. Ethereum ofrece una plataforma programable para contratos inteligentes y finanzas descentralizadas (DeFi), permitiendo la creación de aplicaciones financieras complejas. Mientras tanto, XRP está diseñado para liquidaciones rápidas y eficientes de pagos transfronterizos, facilitando transacciones rápidas entre diferentes monedas. Los analistas sugieren que estas criptomonedas forman una infraestructura de tres capas, con Bitcoin preservando el valor, Ethereum construyendo ecosistemas descentralizados y XRP conectando redes financieras. Este enfoque por capas resalta sus propósitos distintos y el potencial para moldear colectivamente el futuro de las finanzas digitales al abordar diferentes desafíos dentro del sistema financiero.