El precio de Bitcoin disminuyó mientras el mercado enfrentaba liquidaciones forzadas y una legislación sobre criptomonedas estancada, lo que llevó al índice de miedo y codicia a territorio de miedo. La caída se vio agravada por la debilitada compra corporativa y las incertidumbres políticas globales, junto con el bajo rendimiento en el sector de inteligencia artificial, que en conjunto redujeron el apetito por el riesgo. Mientras tanto, el oro se acercó a máximos históricos mientras los inversores buscaban refugios seguros. Las acciones de MicroStrategy también cayeron ante las preocupaciones sobre una posible dilución de capital debido a sus continuas adquisiciones de Bitcoin.