Bitcoin y Ethereum experimentaron un 2025 turbulento, con Bitcoin beneficiándose de las entradas de ETF que impulsaron los precios a mitad de año, aunque finalmente cerró por debajo de su pico. Ethereum enfrentó desafíos para mantener las ganancias a pesar de varias actualizaciones. Ambas criptomonedas tuvieron un rendimiento inferior al de activos tradicionales como el oro, la plata y las acciones. El índice de miedo y codicia reflejó un sentimiento de mercado mixto durante todo el año. De cara al futuro, los analistas anticipan un posible repunte para Bitcoin en 2026, mientras que la trayectoria de Ethereum probablemente dependerá de su uso y del interés institucional.