La IA está pasando de ser una herramienta de toma de decisiones a un actor económico capaz de realizar pagos autónomos, lo que impulsa nuevas integraciones en los sistemas financieros. Están surgiendo tres enfoques distintos: el protocolo AP2 de Google integra los pagos de IA dentro de los marcos financieros existentes, el protocolo x402 de Coinbase permite que la IA opere como una entidad económica independiente en la blockchain, y la red Tempo de Stripe se centra en integrar los pagos de IA en los sistemas comerciales actuales. Estos modelos reflejan diferentes lógicas de confianza —regulatoria, algorítmica y comercial— lo que indica un cambio en la forma en que se definen la confianza y la responsabilidad en una economía impulsada por IA.