Hasta la fecha, pocas innovaciones superan la comodidad y el valor que Internet ofrece a miles de millones de personas en todo el mundo cada día.
En sus inicios, Internet estaba representada por páginas HTML estáticas y chats de retransmisión por Internet, similares a muros electrónicos de texto que sólo permitían una interactividad limitada. Hoy tenemos sitios web dinámicos de medios sociales y aplicaciones interactivas que han provocado cambios drásticos en el mundo.
Web 2.0 vs. Web 3.0
Aunque la versión actual de Internet (Web 2.0) cuenta con una base de usuarios activos de más de la mitad de la población mundial, está sometida a un control centralizado, a una fuerte vigilancia y a una publicidad explotadora por parte de las multinacionales.
La Web 3.0 es la nueva generación de esta tecnología que promete recuperar la visión original de Sir Tim Berners de una red abierta, sin confianza y sin permisos. Echemos un breve vistazo a la historia de Internet para entender los fundamentos de una nueva Web 3.0.
Evolución de Internet: Una breve historia
Web 1.o
Al principio, la Web 1.0 no era más que una red privada de ordenadores conectados que compartían información. Los primeros usuarios de esta Internet tenían que pedir permiso para conectarse o estar en línea. Sin embargo, Berners-Lee el inventor de la World Wide Web, se dio cuenta rápidamente de que la mejor forma de aprovechar todo el potencial de Internet era a través de una plataforma accesible para cualquiera.
Web 2.0
Esto inició un cambio hacia la Web 2.0. Innovaciones creativas y colaborativas como Netscape y AltaVista surgieron en forma de navegadores que permitían a los usuarios acceder a múltiples sitios. En lugar de las aburridas páginas HTML estáticas, de repente cualquiera podía crear sitios web interactivos con cualquier contenido que deseara cargar. A medida que mejoraron las velocidades, los servidores y las habilidades de los desarrolladores, surgieron nuevos tipos de aplicaciones en línea, como las redes sociales o los sitios de transmisión de videojuegos a los que estamos acostumbrados hoy en día.
Sin embargo, incluso con los increíbles avances de la Web 2.0, la visión de Berners-Lee de una «Web semántica» en la que la información se entregue de forma inteligente al usuario con la ayuda del aprendizaje automático y la inteligencia artificial aún no se ha hecho realidad. La Web 3.0 es la próxima iteración propuesta de Internet, en la que las empresas multinacionales centralizadas no son propietarias de los datos. En su lugar, todos los usuarios comparten un acceso justo y equitativo a la información personalizada basada en el contexto.
Bloques de construcción de la Web 3.0
El avance hacia la Web 3.0 es un salto hacia una Internet en la que los datos son personalizados y entendidos conceptual y contextualmente por las máquinas. También es un avance hacia una experiencia de Internet descentralizada en la que las aplicaciones dan a los usuarios la propiedad legítima de sus datos, recuperando el control de las entidades centralizadas. Tecnologías como Blockchain la Internet de las cosas, la computación de borde, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático servirán como bloques de construcción para facilitar este movimiento.
Inteligencia artificial y aprendizaje automático
La inteligencia artificial (IA) es una rama de la informática que busca crear programas informáticos capaces de tomar decisiones inteligentes y autónomas. Los actuales estándares de aprendizaje de las máquinas y la IA ya están demostrando ser potentes y capaces de realizar tareas difíciles. La IA ayudará a las máquinas a comprender mejor las necesidades del usuario para ofrecerle servicios personalizados.
Se ha avanzado mucho en la creación de sistemas inteligentes que puedan prosperar en un entorno Web 3.0. Algunos ejemplos son los resultados de búsqueda personalizados según las preferencias del usuario, basados en búsquedas anteriores, sugerencias y el historial general de navegación. La IA también permitirá crear motores de búsqueda semántica capaces de diferenciar las palabras clave en función del contexto. Por ejemplo, cuando «Jaguar» significa la marca de coches y cuando significa el animal.
Además de los resultados de búsqueda inteligentes, la IA también permitirá que las aplicaciones de Internet sean agnósticas respecto a los dispositivos, es decir, capaces de funcionar en múltiples tipos de dispositivos de hardware y software. Diferentes servidores pueden comunicarse con la IA para decidir la versión más fácil de usar o efectiva de una aplicación para cada dispositivo especificado. Por lo tanto, los usuarios podrán disfrutar de aplicaciones personalizadas en función del dispositivo que tengan y de su ubicación geográfica.
Tecnologías de almacenamiento descentralizado
El auge de la blockchain y de otras tecnologías de libros de contabilidad distribuidos permitirá crear un marco para una Web 3.0 descentralizada, transparente y sin confianza. Blockchain, por ejemplo, será importante para dar a los usuarios la soberanía sobre sus datos. La censura, la vigilancia y la centralización desaparecerán a medida que los centros de datos heredados sean suplantados por el IoT y el Edge Computing (una metodología informática en la que los datos se almacenan localmente).
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Los recursos acumulados de los dispositivos interconectados a través del IoT en forma de teléfonos, electrodomésticos y ordenadores, harán que los servidores centralizados se queden sin recursos a medida que el almacenamiento de datos sea cada vez más barato. En lugar de pagar por acceder a sus datos en una aplicación centralizada, los usuarios harán un trueque y venderán sus datos en un formato peer-to-peer sin perder la propiedad, dando así lugar a una emergente economía de datos.
Desafíos para una Web 3.0
Para que salga una Internet verdaderamente inteligente y semánticamente capaz, un sistema tendría que leer y comprender todas las palabras existentes. Además, tendría que superar la vaguedad y las incoherencias que plagan todos los idiomas. Esto parece una tarea insuperable, incluso para las IAs más avanzadas que tenemos hoy en día. Además, hay mucha información o datos que son deliberadamente engañosos o incorrectos. El sistema debe tener una forma de reconocer y filtrar estos casos. Enseñar a una máquina a aprender lo que es un hecho y lo que no lo es será especialmente difícil si tenemos en cuenta que a menudo ni siquiera nos ponemos de acuerdo sobre lo que constituye un hecho básico.
El futuro de la Web 3.0
Los servicios impulsados por la IA, las arquitecturas de datos descentralizadas y una infraestructura de Edge Computing son las piedras angulares de la Web 3.0. Con la llegada de la tecnología blockchain, el aprendizaje automático y el IoT, el mundo está preparado para adoptar una Internet en la que las máquinas interactúen y compartan datos sin necesidad de terceros. Con el tiempo, la Web 3.0 traerá consigo una Internet más justa. Los usuarios no sólo obtendrán información personalizada, sino que también recuperarán el control sobre sus datos. Esto nos alejará probablemente de la Internet explotadora llena de entidades centralizadas con ánimo de lucro que tenemos hoy en día. Aunque hay muchos retos por delante, y puede llevar un tiempo considerable conseguir avances sustanciales, es alentador saber que hay muchos expertos trabajando por este objetivo.