El espacio de las criptomonedas no es ajeno a los ciclos de 4 años. Cualquier entusiasta de las criptomonedas conoce la importancia del halving de Bitcoin, que históricamente ha sido el catalizador más poderoso de los mercados alcistas. Hoy en día, la industria blockchain ya se ha desarrollado y madurado durante más de 15 años y ha ganado la atención de algunas de las instituciones políticas y financieras más importantes. Debido a que la regulación es más relevante que nunca para las criptomonedas, ahora hay otro evento de 4 años que puede afectar significativamente a los mercados: las elecciones presidenciales de EE. UU.
La industria de las criptomonedas ha donado un récord de $119 millones a las campañas políticas en este ciclo, y casi la mitad de las contribuciones provienen de Fairshake, un súper PAC respaldado por Coinbase. Estas donaciones abarcan a todos los partidos y apoyan a candidatos que comparten la visión de la industria de un entorno regulatorio que fomente la innovación. Esta estrategia resalta el creciente papel de las criptomonedas como fuerza económica. Al mismo tiempo, los dos candidatos principales están tratando de equilibrar las posturas favorables a las criptomonedas para atraer el voto criptográfico y, al mismo tiempo, apelar a los votantes de mentalidad más tradicional que siguen desconfiando de la tecnología blockchain.
La perspectiva de Trump y Harris sobre las criptomonedas
Un aspecto clave de las elecciones de 2024 son las diferentes opiniones sobre las criptomonedas entre los principales candidatos. El expresidente Donald Trump se ha convertido en un firme defensor de los activos digitales y se ha comprometido a convertir a Estados Unidos en la "capital mundial de las criptomonedas". También apoya la propuesta de la senadora pro-criptomonedas Cynthia Lummis de crear una reserva de bitcoins en Estados Unidos. Algunos creen que si Trump obtuviera la victoria en noviembre, los mercados de criptomonedas reaccionarían de inmediato con un repunte alcista y el BTC podría alcanzar los 100.000 dólares, mientras que las altcoins se dispararían a porcentajes aún más altos.
La vicepresidenta Kamala Harris ha adoptado una postura más cautelosa sobre las criptomonedas. Si bien no ha hecho declaraciones públicas contundentes sobre el tema, su administración ha mostrado su voluntad de colaborar con los líderes de la industria. Su equipo también ha expresado su apoyo a las políticas que promueven tecnologías emergentes como la cadena de bloques, pero sin respaldar explícitamente las amplias reformas propuestas por Trump. Este enfoque cauteloso deja espacio para la supervisión regulatoria, que podría verse como un fomento del crecimiento responsable o como un freno a la innovación, según la perspectiva de cada uno. Los analistas de criptomonedas generalmente consideran que una victoria de Harris será neutral o negativa para la industria, especialmente porque la alternativa es Trump, inmensamente pro-criptomonedas.
Función reguladora de la SEC
En Estados Unidos, los valores como acciones y bonos deben registrarse en la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). Este registro incluye varios requisitos de divulgación y regulaciones diseñadas para proteger a los inversores. La SEC cree que las leyes existentes clasifican la mayoría de las criptomonedas como valores y ha tomado medidas contra ciertas plataformas, acusándolas de operar bolsas de valores no registradas. Sin embargo, la industria de las criptomonedas prefiere estar regulada por la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC) en lugar de la SEC.
Actualmente, varios proyectos de ley tienen como objetivo aclarar qué tokens criptográficos deben clasificarse como materias primas (normalmente bienes físicos como el petróleo) y quedar sujetos a la regulación de la CFTC, y cuáles deben considerarse valores, que representan participaciones en empresas. Un proyecto de ley destacado, la Ley de Innovación y Tecnología Financiera para el Siglo XXI (FIT21), pretende trasladar la supervisión de las criptomonedas en gran medida a la CFTC. Sin embargo, esto podría aumentar los riesgos para los inversores y, a pesar de la presión de la industria de las criptomonedas para que la CFTC las regule, la SEC ha continuado con sus acciones de cumplimiento.
De hecho, el presidente de la SEC, Gary Gensler, ha sido considerado durante mucho tiempo un villano entre la comunidad de las criptomonedas. La ofensiva de Gensler contra las criptomonedas ha unificado a la industria en dificultades en su contra. Los entusiastas de las criptomonedas argumentan que la SEC de Gensler está suprimiendo la innovación y llevando el talento al extranjero. Las tensiones aumentaron tras una demanda de la SEC contra una empresa de criptomonedas con sede en Utah, DEBT Box, en la que un juez acusó a los abogados de la SEC de hacer declaraciones falsas y engañosas al intentar congelar los activos de la empresa. Este caso intensificó la frustración de la industria con el enfoque de la SEC hacia la regulación.
Algunos líderes de la industria de las criptomonedas decidieron que la mejor manera de oponerse a la ofensiva de Gensler sería apoyar a los republicanos. Durante el verano, capitalistas de riesgo como Marc Andreessen, Ben Horowitz y los gemelos Winklevoss prometieron su apoyo a Trump. El candidato a vicepresidente, J.D. Vance, ha defendido durante mucho tiempo las criptomonedas como un medio para potenciar la innovación y los avances tecnológicos. Por su parte, en la Conferencia Bitcoin de julio de este año, Trump prometió despedir a Gensler en su primer día en el cargo y recibió una ovación de pie por estos comentarios. Más tarde, Trump y sus hijos lanzaron su propio proyecto de criptomonedas, World Liberty Financial, y también usaron Bitcoin para pagar una cuenta de $1,000 en un bar de Nueva York.
Conclusión
A medida que las criptomonedas sigan progresando y madurando, su relación con las agencias reguladoras y los principales gobiernos nacionales será cada vez más importante. Y este fenómeno se refleja en gran medida en las elecciones de 2024, en las que 1 de cada 4 votantes estadounidenses afirma que la inflación es el problema más urgente al que se enfrentan en este momento. Además, casi la mitad de los votantes cree que la automatización y la cadena de bloques representan el futuro de las finanzas. Queda por ver cómo se configurará exactamente ese futuro desde una perspectiva regulatoria, pero los resultados de las elecciones de noviembre seguramente proporcionarán una imagen más clara.
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