Los reguladores financieros de EE. UU., incluyendo la Oficina del Contralor de la Moneda, la Reserva Federal y la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, están supuestamente reduciendo sus actividades de inspección bancaria. Según fuentes, estas agencias han pospuesto, reducido o cancelado algunas inspecciones, afectando tanto a bancos grandes como medianos. Los ajustes reflejan una reducción en el alcance de las revisiones regulatorias.