Estados Unidos y China han indicado su disposición a reanudar las negociaciones comerciales, lo que marca una posible reducción de las tensiones entre las dos potencias económicas. Este desarrollo ha generado esperanzas de una recuperación en los mercados globales, ya que los inversores anticipan un entorno comercial más estable. El diálogo renovado podría conducir a impactos económicos significativos, fomentando relaciones mejoradas y potencialmente impulsando las actividades comerciales entre ambas naciones.