El staking ha emergido como una clase de activo distinta, con un valor total bloqueado (TVL) que supera los 500 mil millones de dólares en redes de prueba de participación como Ethereum y Solana. Los rendimientos del staking varían, con Solana ofreciendo retornos entre el 8% y el 13%, mientras que Ethereum enfrenta colas de retiro que duran semanas. El mercado está impulsado por una amplia gama de participantes, incluidos ETPs, bóvedas de moneda digital y stakers minoristas, lo que facilita el descubrimiento de precios y el crecimiento de mercados secundarios como derivados y seguros. Esta evolución refleja el desarrollo histórico de los mercados de renta fija y proporciona diversificación más allá de los movimientos tradicionales de precios de criptomonedas. Como resultado, el staking se está integrando cada vez más en las carteras institucionales, destacando su creciente importancia en el panorama financiero.