Venezuela está presenciando un cambio significativo en su panorama financiero, ya que las stablecoins, particularmente USDT, están reemplazando cada vez más a la moneda nacional, el bolívar. Este cambio ocurre mientras el país enfrenta una inflación descontrolada, que ha alcanzado un asombroso 229%. La adopción de stablecoins se ve como una respuesta a la disminución del poder adquisitivo del bolívar, ofreciendo a los venezolanos una alternativa más estable para transacciones y ahorros. El movimiento hacia las stablecoins destaca la creciente dependencia de las monedas digitales en economías que experimentan hiperinflación. A medida que los sistemas monetarios tradicionales fallan, las stablecoins proporcionan una solución viable para preservar el valor y facilitar las transacciones diarias, subrayando su papel potencial en la estabilización de economías bajo estrés financiero.