Las stablecoins están siendo adoptadas cada vez más en América Latina como una solución a los desafíos bancarios de la región, donde entre el 60% y el 70% de la población no tiene acceso a servicios bancarios y depende del efectivo. La volatilidad de las monedas locales ha llevado tanto a individuos como a empresas a recurrir a las stablecoins para preservar el valor y evitar pérdidas financieras. A medida que más personas reciben pagos en stablecoins, la conciencia y el uso de estos activos digitales están creciendo, ofreciendo una alternativa estable frente a las fluctuaciones de las monedas locales.