Las autoridades surcoreanas han escalado su investigación sobre el hackeo a Upbit a una investigación criminal formal. La División de Investigación de Terrorismo Cibernético de la Agencia Nacional de Policía está liderando el esfuerzo, lo que permite poderes investigativos mejorados para rastrear el ataque y recopilar pruebas. Este movimiento significa que las sospechas criminales se han vuelto sustanciales, aunque aún no se han identificado sospechosos. La investigación podría sentar precedentes importantes para enjuiciar delitos relacionados con criptomonedas y potencialmente influir en futuros marcos regulatorios en Corea del Sur.