Durante una discusión con senadores, Selig expresó su preocupación por el entorno regulatorio actual, afirmando que la regulación excesiva ha llevado a los innovadores a trasladarse al extranjero. Argumentó que la regulación mediante la aplicación ha sofocado la creatividad y el desarrollo empresarial, sugiriendo que eliminar estas barreras permitiría que los negocios prosperen. Selig enfatizó la necesidad de contar con directrices claras para equilibrar las acciones de cumplimiento y apoyar la innovación.